Detectar Erupciones Volcánicas en Planetas de Otros Sistemas Solares
4 de Octubre de 2010. Ahora que los astrónomos están descubriendo mundos rocosos que orbitan en torno a estrellas distantes, se están preguntando si alguno de esos mundos tiene volcanes. Y si es así, ¿es posible detectarlos? Una investigación reciente de los teóricos del Centro para la Astrofísica (CfA), gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, sugiere que la respuesta a esta última pregunta es sí, aunque con algunas limitaciones por ahora.
Para empezar, tal como advierte la astrónoma Lisa Kaltenegger, se necesitaría que la erupción fuera muy grande, de modo que arrojase una gran cantidad de gases a la atmósfera. Utilizando el Telescopio Espacial James Webb, es viable detectar en planetas de las estrellas más cercanas una erupción de al menos entre 10 y 100 veces mayor que la del Pinatubo.
La erupción en 1991 del Monte Pinatubo en las Filipinas arrojó cerca de 17 millones de toneladas de dióxido de azufre a la estratosfera, la capa de aire ubicada a una altura de entre 10 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. La mayor erupción volcánica registrada en la historia de la Tierra, la desencadenada en Tambora en 1815, fue aproximadamente 10 veces más potente.
Los astrónomos están a décadas de poseer la capacidad tecnológica necesaria para tomar una imagen de la superficie de un exoplaneta (un mundo de otro sistema solar). Sin embargo, en algunos casos han sido capaces de detectar sus atmósferas. Una erupción emite humos y gases distintos, así que la actividad volcánica en un exoplaneta rocoso podría dejar una firma atmosférica reveladora.
Para examinar qué gases volcánicos podrían ser detectables, Kaltenegger y sus colegas Wade Henning y Dimitar Sasselov desarrollaron un modelo para las erupciones de un exoplaneta similar a la Tierra de hoy en día. Encontraron que el dióxido de azufre expulsado a la atmósfera por una erupción explosiva muy grande es potencialmente medible, porque la cantidad expulsada de dióxido de azufre es muy grande y además tarda bastante tiempo en desaparecer de la atmósfera.
Las erupciones gigantes que serian detectables desde nuestro planeta no son frecuentes, por lo que los astrónomos tendrían que vigilar muchos planetas del tamaño de la Tierra durante años para atrapar a uno en el momento justo. Sin embargo, si esos mundos tienen más actividad volcánica que la Tierra, alcanzar el éxito puede ser más fácil.
Una erupción del tamaño de la desatada en Tambora en 1815 no se produce a menudo en la Tierra, pero podría ser un fenómeno más común en un planeta más joven, o en un planeta sometido a una fuerte marea gravitatoria, como por ejemplo Io, el satélite tremendamente volcánico de Júpiter.
Una nueva imagen de NGC 300, una galaxia espiral similar a la Vía Láctea
El Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) ha dado a conocer una nueva imagen de la NGC 300, una galaxia espiral similar a la Vía Láctea y ubicada en el conjunto de galaxias conocido como Grupo Escultor.
La imagen, que fue tomada con el Wide Field Imager (WFI) en el Observatorio La Silla de ESO, en el norte de Chile, fue compuesta a partir de varias imágenes individuales tomadas a través de diferentes filtros y con una exposición total de unas 50 horas. |
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El propósito de esta "campaña de observación" es realizar un censo de estrellas en la galaxia NGC 300, así como marcar "zonas o incluso estrellas individuales que justifiquen investigaciones más profundas y focalizadas".
Según la organización astronómica, esta imagen revela en gran detalle la estructura de la galaxia, que está ubicada a seis millones de años-luz de distancia de la Tierra.
El Observatorio Europeo Austral es la principal organización astronómica intergubernamental y opera en tres sitios únicos de observación en Chile (La Silla, Paranal y Chajnantor).
Andrómeda, la galaxia caníbal
Se sospechaba desde hace tiempo, pero ahora los astrónomos lograron confirmarlo: la enorme galaxia Andrómeda se ha expandido devorando a estrellas de las pequeñas galaxias vecinas.
Un equipo internacional de científicos descubrió lo que dice son "restos" de galaxias enanas vecinas destruidas e incorporadas a Andrómeda.
El equipo de astrónomos del Sondeo Arqueológicio de Andrómeda -que publican su investigación en la revista Nature- logró obtener imágenes detalladas del evento que ocurrió a unos 2,3 millones de años luz de la Tierra.
Desde hace décadas se sospecha que las galaxias se consumen entre sí y que Andrómeda devoraba a las galaxias enanas que se acercaban demasiado.
Pero ahora por primera vez los astrónomos lograron trazar en detalle el mapa de la enorme galaxia y descubrieron dentro de ésta a estrellas que no pudieron haberse formado allí.
Tal como explicó a la BBC Pauline Barmby, astrónoma de la Universidad de Western Ontario, Canadá, y quien participó en el estudio, el patrón de las órbitas de las estrellas pueden revelar su origen.
"Andrómeda está tan cerca de nosotros que pudimos trazar el mapa de todas sus estrellas" explica.
"Y cuando vimos una especie de estrellas agrupadas con la misma órbita pudimos saber que éstas no pertenecían a ese sitio".
Se trataba, dicen los astrónomos, de decenas de miles de soles formando pequeñas galaxias y cayendo en una galaxia espiral enorme como Andrómeda.
Modelo jerárquico
Los astrónomos utilizaron el Telescopio Canadá-Francia-Hawaii para trazar las inmensas fuerzas gravitaciones que se están devorando a la pequeña galaxia Traingulum cuando orbita lentamente a la gigantesca espiral.
Las imágenes que lograron captar muestran por primera vez las fuerzas de marea e interacciones que provocan que una galaxia devore lentamente a las estrellas y gases cósmicos de otra galaxia.
La investigación apoya al llamado "modelo jerárquico" de formación de galaxias.
Este modelo predice que las galaxias más grandes estén rodeadas de reliquias o galaxias más pequeñas que ya consumieron totalmente o han comenzado a digerir.
Andrómeda es la galaxia más cercana a nuestra Vía Láctea y tal como señalan los científicos, continúa expandiéndose.
Los astrónomos pudieron observar también una "corriente de estrellas" de una galaxia vecina llamada Triangulum "extendiéndose" hacia Andrómeda.
Fusión galáctica
El doctor Scott Chapman, profesor de astrofísica del Instituto de Astronomúa de la Universidad de Cambridge, que también participó en la investigación explica que "eventualmente estas dos galaxias terminarán fusionándose completamente".
"Y parece irónico que la formación y la destrucción de galaxias sean eventos tan unidos".
Y ahora Andrómeda parece perseguir un banquete más grande. La gigantesca galaxia se acerca a nosotros -a la Vía Láctea- a gran velocidad.
"Sí está cada vez más cerca y eventualmente habrá una explosión colosal de Andrómeda con nuestra galaxia" dice Scott Chapman.
"Pero -igual que como ocurrió en este evente- el principal efecto de esa explosión será el desplazamiento de estrellas entre ambas galaxias para eventualmente formar una sola galaxia con la formación de muchas estrellas nuevas".
"Quizás podría ser motivo de preocupación pero el evento es todavía demasiado lejano, a miles de millones de años", expresa el científico.
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